Les dejo más actividades de Lengua, Sociales y un poquito más de matemática para ir explorando.
Recuerden hacer todo en la carpeta copiando las actividades. Y que no es para hacer en un solo día.
Besos.😘💗 Marcela
Practicas del Lenguaje:
RECORDA: Escribí el título y las actividades en la carpeta. Resuélvelas allí.
Seguimos con el Negro de Paris.
Actividad:1
-La propuesta de hoy es hacer un retrato del Negro. Dibuja como te imaginas al Negro. Pensá en sus características, su mirada, su postura corporal. Y después de dibujarlo escribí como es el Negro. Te muestro algunos ejemplos que realizaron chicos de otros grados.
Ejemplo:
El Negro es un gato. Tiene dos
ojos como cacerolas y sus bigotes parecen cañas de
pescar Tiene una mirada arrogante y distante.
Es tranquilo, tosco sin ser
grosero, cariñoso, amable y calmo.
Le gusta el
pescado, saltar por los tejados y andar por las calles.
El felino es serio,
pícaro y a veces está de mal humor por sus salidas amorosas.
El Negro es un gato. Tiene dos ojos
como cacerolas y sus bigotes parecen cañas de pescar. Es pícaro, amable y
amistoso, rudo cuando lo molestaban. Traía los bigotes desaliñados y algunos
rasguños cuando volvía de sus salidas nocturnas.
Él prefiere el pescado. Es valiente y a
veces estaba más loco que una
¡¡¡Ahora te toca a vos escribir y dibujar tu retrato del Negro!!! Espero hermosos retratos.
Recuerda que cuando comienza una oración se usa mayúscula y
que al finalizar se utiliza punto. Y que los nombres de personas, personajes,
lugares se escriben con mayúscula. Ej. Negro, París, Devoto, Argentina.
Actividad:2
-
Lee con
atención el siguiente texto:
El gato de Cheshire
Lewis Carroll en “Alicia en el país de las maravillas”.
Todo el mundo sabe que el Gato de Cheshire está loco, hasta él mismo lo
sabe… Solamente estando loco, un gato puede desaparecer de nuestra vista…
¡dejando su sonrisa!
El
Gato, cuando vio a Alicia, se limitó a sonreír. Parecía tener buen carácter,
pero también tenía unas uñas muy largas Y muchísimos dientes, de modo que sería
mejor tratarlo con respeto.
—Minino de Cheshire –empezó Alicia tímidamente, pues no estaba del todo
segura de sí le gustaría este tratamiento: pero el Gato no hizo más que
ensanchar su sonrisa, por lo que Alicia decidió que sí le gustaba–. Minino de
Cheshire, ¿podrías decirme, por favor, ¿qué camino debo seguir para salir de
aquí?
—Esto depende en gran parte del sitio al que
quieras llegar –dijo el Gato. —No me importa mucho el sitio... –dijo Alicia.
—Entonces tampoco importa mucho
el camino que tomes –dijo el Gato. —...siempre que llegue a alguna parte
–añadió Alicia como explicación.
—¡Oh, siempre llegarás a alguna
parte –aseguró el Gato–, si caminas lo suficiente!
A Alicia le pareció que esto no tenía vuelta de hoja, y decidió hacer
otra pregunta: ¿Qué clase de gente vive por aquí?
—En esta dirección –dijo el Gato,
haciendo un gesto con la pata derecha– vive un Sombrerero. Y en esta dirección
–e hizo un gesto con la otra pata– vive una Liebre de Marzo.
Visita al que quieras: los dos están locos.
—Pero es que a mí no me gusta tratar a gente
loca –protestó Alicia.
—Oh, eso no lo puedes evitar
–repuso el Gato–. Aquí todos estamos locos. Yo estoy loco. Tú estás loca.
—¿Cómo sabes que yo estoy loca?
–preguntó Alicia.
—Tienes que estarlo –afirmó el
Gato–, o no habrías venido aquí.
Alicia pensó que esto no
demostraba nada. Sin embargo, continuó:
—¿Y cómo sabes que tú estás loco?
—Para empezar –repuso el Gato–,
los perros no están locos. ¿De acuerdo?
—Supongo que sí –concedió Alicia.
—Muy bien. Pues en tal caso –siguió su
razonamiento el Gato–, ya sabes que los perros gruñen cuando están enfadados, y
mueven la cola cuando están contentos. Pues bien, yo gruño cuando estoy
contento, y muevo la cola cuando estoy enfadado. Por lo tanto, estoy loco.
—A eso yo le llamo ronronear, no gruñir –dijo
Alicia.
—Llámalo como quieras –dijo el Gato–. ¿Vas a
jugar hoy al croquet con la Reina?
—Me gustaría mucho –dijo Alicia–,
pero por ahora no me han invitado.
—Allí nos volveremos a ver
–aseguró el Gato, y se desvaneció.
A Alicia esto no la sorprendió
demasiado, tan acostumbrada estaba ya a que sucedieran cosas raras. Estaba
todavía mirando hacia el lugar donde el Gato había estado, cuando éste
reapareció de golpe.
—A propósito, ¿qué ha pasado con el bebé?
–preguntó–. Me olvidaba de preguntarlo.
—Se convirtió en un cerdito –contestó Alicia
sin inmutarse, como si el Gato hubiera vuelto de la forma más natural del
mundo.
—Ya sabía que acabaría así –dijo
el Gato, y desapareció de nuevo.
Alicia esperó un ratito, con la idea de que
quizás aparecería una vez más, pero no fue así, y, pasados uno o dos minutos,
la niña se puso en marcha hacia la dirección en que le había dicho que vivía la
Liebre de Marzo.
—Sombrereros ya he visto algunos –se dijo para
sí–. La Liebre de Marzo será mucho más interesante. Y, además, como estamos en
mayo, quizá ya no esté loca... o al menos quizá no esté tan loca como en marzo.
Mientras decía estas palabras, miró hacia
arriba, y allí estaba el Gato una vez más, sentado en la rama de un árbol.
—¿Dijiste cerdito o cerdito? –preguntó el
Gato.
—Dije cerdito –contestó Alicia–.
¡Y a ver si dejas de andar apareciendo y desapareciendo tan de golpe! ¡Me da
mareo!
—De acuerdo –dijo el Gato. Y esta
vez desapareció despacito, con mucha suavidad, empezando por la punta de la
cola y terminando por la sonrisa, que permaneció un rato allí, cuando el resto
del Gato ya había desaparecido.
—¡Vaya! –se dijo Alicia–. He visto
muchísimas veces un gato sin sonrisa, ¡pero una sonrisa sin gato! ¡Es la cosa
más rara que he visto en toda mi vida!
No
tardó mucho en llegar a la casa de la Liebre de Marzo. Pensó que tenía que ser
forzosamente aquella casa, porque las chimeneas tenían forma de largas orejas y
el techo estaba recubierto de piel. Era una casa tan grande, que no se atrevió
a acercarse sin dar antes un mordisquito al pedazo de seta de la mano
izquierda, con lo que creció hasta una altura de unos dos palmos. Aun así, se
acercó con cierto recelo, mientras se decía a sí misma:
—¿Y si estuviera loca de verdad? ¡Empiezo a
pensar que tal vez hubiera sido mejor ir a ver al Sombrerero!
Responde:
a- ¿Qué les parece raro o
gracioso de este gato y de esta historia?
b-Describí, contá como es este
gato.
c- ¿Qué le pregunta Alicia al
gato?
d- ¿Cómo es la actitud del gato
cuando Alicia le realiza preguntas?
e- ¿Dónde le dice el gato que se
volverán a ver con Alicia?
f- Finalmente a ¿dónde decide ir
Alicia?
g- Completa el cuadro comparando
el Negro de París y El gato de Cheshire.
El Negro de París
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El gato de Cheshire
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¿Quién es el personaje que acompaña en cada cuento?
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¿Cómo es cada gato respecto al carácter?
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¿Cómo es físicamente cada gato?(si necesitas podes ver imágenes del
gato de Cheshire en el “Cuadernillo del alumno del Negro de París”, que está
en el blog)
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¿Qué hecho mágico ocurre con
en cada cuento?
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Actividad :3
Ahora te toca escribir a vos historias de gatos.
-Para escribir una historia primero:
Un bosque
Una casa, etc.
Blanco
Con manchas
Misterioso
Con mal carácter
Alegre, etc.
Realizan una travesura, etc.
- ¿Cómo termina la historia? ( cómo se resuelve el conflicto)
Con estas ayudas ahora anímate a escribir tu cuento gatuno.
Actividad:4
-Escribí que características similares y diferentes tienen los textos que leímos: “El Negro de París” y “El gato de Cheshire”.
- ¿Qué tipo de texto crees que son? Marca con una x la opción correcta.
LEYENDA---- POESÍA…… INFORMATIVO…. MARAVILLOSO-----
-En uno de los dos cuentos leídos también podemos encontrar relatos (que son hechos reales o hacen referencia a ellos) ¿cuál crees que es?
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