sábado, 21 de marzo de 2020

Actividad 5to Ciencias Sociales


PARA EMPEZAR TE PROPONGO QUE RELEAS EL CUENTO “OSCURIDAD” DE HERNAN WINNE, SI PODES HACERLO CON ALGÚN MAYOR DE TU FAMILIA MUCHÍSIMO MEJOR.

Oscuridad, un cuento sobre fútbol y dictadura

Oscuridad

Me encanta jugar al fútbol. Siempre que puedo lo agarro a papá y me lo llevo a la plaza y pateamos unos tiros. como si fuéramos jugadores de fútbol verdaderos. Nos divertimos mucho. Él disfruta viéndome correr porque piensa que puedo ser un grande. A veces me dice que me va a llevar a algún club a probarme. Pero yo no quiero. Yo me quedo con la plaza y con él. Cuando mamá puede nos viene a ver y yo me doy cuenta de que llega porque huelo desde muy lejos ese aroma que sólo le pertenece a ella. El mismo que siento a la mañana, cuando me prepara las tostadas y el café mientras papá se afeita y va a comprar el diario. La verdad que no me puedo quejar por los padres que me tocaron. Nunca me fallan en nada, me despiertan, me hacen el desayuno -a veces me lo traen a la cama-, me llevan al colegio, y si alguna vez no pueden cumplir con algo prometido, me avisan y se ponen de acuerdo en recordarme que “lo prometido es deuda”. Por eso yo les hago caso siempre, aunque no me guste lo que me digan. Si no, saldría a la calle después de las siete de la tarde, pero como papá siempre dice que desde esa hora nadie puede salir porque está todo oscuro, yo no salgo. Aunque sepa que en verano oscurece más tarde, no me interesa averiguar si hay otra razón. Yo le creo y punto. Si quiero fútbol, así son las cosas
A mamá le encanta preparar sandwiches y comprar galletitas a la tarde porque yo siempre invito compañeros a casa. Como es grande, podemos hacer lío, mamá nunca nos dice nada porque le gusta que nos divirtamos. Además, cuando necesito una mano es ella la que me ayuda a hacer la tarea y si termino antes de la hora permitida me dejan ir a la plaza. Es una buena manera de convencerme para que la haga todos los días. Y para que no falte nunca, claro. Porque si llego a faltar no puedo ir a jugar al fútbol. Mamá sufre cuando juego en la vereda. Los días que no me dejan ir a la plaza porque nadie puede acompañarme, me quedo en la vereda con mis vecinos y jugamos ahí. Yo vuelvo siempre con raspones… En la rodilla, en la frente… Por suerte mamá y papá saben algo de primeros auxilios y me pueden curar las heridas. Después, café con galletitas y todo solucionado. Tal vez le dé el gusto algún día a papá de probarme en un club. Quizá me vaya bien y pueda ser millonario…
Ya estamos preparados para el gran acontecimiento. Todo el país está enloquecido y mi barrio más todavía. Yo le dije a papá que quería ir con él y por supuesto no me dijo que no, porque estaba dentro del horario de día. Además, nadie quiere perdérselo. Pudo convencer a mamá y vamos a ir los tres cuando ellos vuelvan de la Universidad. Van a tratar de salir antes y llegar temprano. Y… un Mundial en la Argentina no se da todos los días… En unas horas tendrían que estar llegando. Mientras tanto, yo recorto algunas fotos de una revista para guardar recuerdos de los jugadores. Lástima que no lo hayan convocado a Maradona, el mejor jugador de futbol del mundo.
Afuera hay mucho ruido, la gente grita. Seguramente de felicidad, por Argentina, porque hoy podemos ser campeones. Ahora, en un ratito, vienen y nos vamos para el Monumental a gritar como locos y a disfrutar como nunca. Seguro que vamos a ganar. Somos los mejores. No entiendo a esos que dicen que está todo arreglado, que si no gana Argentina “va a haber lío”. ¿Qué lío? Tristeza por salir segundos, pero nada más, como cuando juego en el potrero.
¿Qué pasa que no vienen? Aunque sea podrían avisarme, llamarme, me habían prometido… El partido empieza en veinte minutos… Y no llegan. Ya tengo puesta la camiseta, la bufanda, el gorro, las banderas preparadas… Quiero irme. No puede ser que me hagan esto justo hoy. ¡Es la final del mundo!
Recién llamó el tío y me dijo que no me preocupe, que mamá y papá habían tenido problemas en la Universidad y que no iban a poder ir al partido. También dijo que agarre todas mis cosas y vaya a su casa, que ahí íbamos a verlo partido cómodos por la tele. (¿Por qué lo llamaron a él y no a mí?) ¿Qué puede demorarlos tanto?
El partido fue muy tensionante. Nos podrían haber ganado porque algunas pelotas pegaron en los palos. Tuvimos la suerte del campeón. Sufrí. Mucho. Pero cuando llegaron los goles los grité como un desaforado. En cambio, no entiendo por qué el tío lloraba tanto, le pregunté pero no dijo nada. ¿Acaso no estaba feliz por el triunfo de Argentina? Cuando el árbitro pitó el final y el 3 a 1 estaba sellado, podían escucharse los alaridos de la gente. Yo descontrolado; mi tío sentado en el sillón, pálido, serio, con los ojos colorados. No entiendo. Me acerqué a la ventana y vi mucha gente festejando en la calle a pesar de que después de las siete no se puede salir ni a jugar al fútbol.
Parece que mamá y papá no van a venir a comer -pobres, llegarán de noche-, así que me voy a quedar acá a dormir con el tío y la tía y los veré mañana cuando vuelva del colegio. Les voy a contar cómo fue el partido, cómo sufrimos con el tío, cómo grité los goles. Cuando vuelva de la escuela y ellos me estén esperando en casa con el almuerzo, les voy a preguntar si a partir del próximo domingo, que cumplo diez años, me van a dejar salir a la calle cuando esté oscuro.
Hernàn Winne

Una vez leído el cuento, te propongo que charles del cuento y que contestes estas preguntas en la carpeta de Ciencias Sociales…

       1  ¿Por qué pensás que el título del cuento se llama “Oscuridad”?
2    2   Analiza la siguiente frase No entiendo a esos que dicen que está todo arreglado, que si no gana Argentina “va a haber lío”. ¿Qué lío? Tristeza por salir segundos”. ¿Qué pensás que estará queriendo expresar el autor?
      3 ¿Por qué el protagonista se habrá hecho está pregunta? ¿Pensas que puede estar sospechando algo sobre lo que sucede? (¿Por qué lo llamaron a él y no a mí?)
4     Analiza el siguiente párrafo: En cambio, no entiendo por qué el tío lloraba tanto, le pregunté pero no dijo nada. ¿Acaso no estaba feliz por el triunfo de Argentina? Cuando el árbitro pitó el final y el 3 a 1 estaba sellado, podían escucharse los alaridos de la gente. Yo descontrolado; mi tío sentado en el sillón, pálido, serio, con los ojos colorados. No entiendo”.
¿Qué es lo que le pasa al tío y al protagonista respectivamente? ¿A qué pensás que se debe esta diferencia?

1 comentario:

  1. Hola Profe Esteban!
    Estoy segura que este cuento les gustó a los chicos. Fue una etapa muy triste para nuestro país.

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